Taurino desde antes de nacer

Para nadie es un secreto que los que nacen en Manizales, además de amar mucho su ciudad y expresarse con orgullo de donde vienen. Entre sus tradiciones más características las corridas de toros no pueden faltar en cada edición de la feria que se realiza a principios de año. De todos estos apasionados por el mundo taurino existe uno en especial que además de transmitir esa pasión a flor de piel, te sorprende por la propiedad con la que te explica este tema que hoy en día es tan polémico; pero que aún es amado por muchos. Él es Juan Camilo Botero Palacio. Una persona con discapacidad visual amante a esta cultura; tanto así, que con firmeza dice: “Y antes que un gran administrador de empresas, mi deseo era haber sido un buen torero”. La radio fue la que lo llevó a descubrir que esto le fascinaba. Él describe con emoción como fue esa primera vez en la que escucha la narración de un mano a mano entre Cesar Rincón y Manuel Caballero en el año 2.003. Al ser la única persona ciega presente en estos eventos, logra causar mucho impacto y a dos de sus más grandes amigos, a quienes conoció en este mundo: Felipe Martínez y Juan Pablo Valencia, les despertó una profunda admiración; porque sin importar su condición de discapacidad él vive cada corrida como cualquiera de los que van a la plaza. Felipe, deja muy claro que su amigo le ha enseñado lo que es: “La fortaleza por la vida”. Por su parte, Juan Pablo dice que le causó mucha curiosidad al comienzo. EN su testimonio cuenta de una manera muy divertida como es Camilo cuando está con sus amigos. Juan Camilo conoce más allá de lo que se ve en el ruedo. Se considera muy afortunado; porque ha tenido la oportunidad de vivir esos momentos previos, antes que el torero salga a entregar un espectáculo al público que lo espera. Ha sentido de cerca las emociones que estos valientes hombres transmiten en esos minutos. Si se habla de términos como: La Verónica, Pase natural, y una Chicuelina, entre otros, los maneja con demasiada propiedad. Deja sorprendido a quien logra debatir con él sobre esta cultura; porque da sus argumentos como nadie. La vida de un torero según Juan Camilo, es de alguien muy solitario. Además da una reflexión profunda sobre el significado del arte de torear. Hasta en el amor las estrategias de un torero son válidas. Aunque a muchos les parezca algo cruel, realmente hay que aprender a ver más allá; porque esta actividad tiene algo de misticismo y la verdad es demasiado increíble el respeto con el que se trata cada detalle. Esta cultura de la tauromaquia, no solo consiste en ir a la plaza y fin de la historia. Géneros musicales como el paso doble cumplen un papel fundamental para generar un ambiente de alegría entre los que se reúnen para sentir muchas emociones juntas. Esto refleja que la tauromaquia tiene muchos matices a su alrededor. Los 3 ídolos de Juan Camilo son: Juan Mora, José Tomás, y Morante de la puebla, a quien considera el más grande y con quien tuvo la oportunidad de tener una conversación en un par de ocasiones. La primera en la ciudad de Medellín y la siguiente en su amada Manizales. Definitivamente Camilo logra marcar la diferencia entre un grupo de personas que regularmente hablan de música, entre otros temas. Este manizaleño, es más que un ejemplo; no precisamente por ser una persona ciega, sino por su filosofía de vida.

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